jueves, 23 de octubre de 2014

Antimicrobianos. Echando la mirada atrás.

1928, Sr. Alexander Fleming, descubrió la penicilina. Basado en la inhibición del crecimiento de Staphylococcus aureus, en una placa contaminada por Penicillum notatum, éste  investigador fue capaz de aislar un producto que era capaz de inhibir el crecimiento de Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Neissseria gonorrhoeae y otros estreptococos.





Fleming, además de investigador era un referente en Inglaterra en relación al tratamiento de la lúes; sin embargo, él no consideró la posibilidad de que este producto tuviera acción sobre el treponema ni tampoco consideró la posibilidad del uso sistémico de penicilina. Sus ensayos se limitaron a tratamiento tópicos en piel y ojos. Su interés se derivó a otro hallazgo suyo, la lisozima, a la que dedicó muchos años de su vida. Otra razón para abandonar la investigación en penicilina fue la rápida inactivación del producto, lo que hacía difícil producir y conservar el principio activo.

En 1928, Gerhard Domagk, demostró que inyectado curaba infecciones estreptocóccicas sistémicas. A raíz de este descubrimiento que abrió el manejo clínico de infecciones sistémicas con un antibacteriano, se le otorgó el Premio Nobel en 1939.

Afortunadamente el interés por la penicilina no murió con el abandono de Fleming, en 1935. El Profesor George Dryer, de la Universidad de Oxford, se interesó en este producto; pensaba que se trataba de un bacteriófago, que infectaba y destruía bacterias, esa era el área de interés de Dryer. Al desechar esta hipótesis, una vez más se perdió el interés en la penicilina; sin embargo, las cepas de Fleming fueron conservadas por una ayudante del Profesor Dryer, la Srta. Campbell Renton, quien las mantuvo vivas.
Al fallecer Dryer, fue reemplazado en Oxford, por Sir Howard Walter Florey.
El estudio crítico en que se basa la nueva terapia antimicrobiana, se hizo en 8 ratas, las que fueron inyectadas con dosis letales de Streptococcus. Cuatro de ellas recibieron penicilina y las otras sirvieron de control. Las tratadas sobrevivieron, las ratas control murieron.
El primer paciente tratado por Florey (reportado en 1945) fue un policía londinense, con septicemia estreptoccócica; inicialmente hubo una buena respuesta clínica, pero finalmente murió por falta de producto.
A pesar de la insistencia de Chain, Florey no patentó el producto.
La producción industrial de penicilina se desarrolló con la participación norteamericana. El Penicillum es un hongo muy aerofílico, crece en la superficie del caldo de cultivo. El uso de la fermentación en profundidad, utilizando grandes contenedores desarrollados en la industria cervecera, permitió producir cantidades industriales del fármaco, para su utilización clínica.
En 1945, Fleming, Florey y Chain, recibieron el premio Nobel.

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